Cuando se estropea un electrodoméstico pasados los dos años de la garantía, ¿merece la pena llevarlo a un taller de reparación electrodomésticos Barcelona o es preferible comprar otro? Es una pregunta que muchos consumidores se hacen porque cada vez están más extendidas ideas como que las cosas se hacen para que duren el plazo de la garantía o que llevar algo a arreglar es más caro que comprarlo nuevo.
Pero, ¿tienen estas afirmaciones base de verdad o estamos ante las típicas ideas que todo el mundo repite sin cuestionarse siquiera? Lo cierto es que hay un cierto tipo de electrodomésticos que pueden estar pensados para durar muy poco tiempo. Estamos hablando de ciertas marcas blancas que venden aparatos como un tostador o una cafetera básica por menos de diez euros. Evidentemente, este tipo de aparatos no merece la pena arreglarlos y, cuando se estropeen, lo mejor es sustituirlos por otros.
Aparatos de gama media y alta
Pero otra cosa muy diferente es cuándo hablamos de electrodomésticos de gama media y alta. Una lavadora, un frigorífico, un congelador o un horno no son cosas que cuesten diez euros, ni siquiera cien. Por tanto, estamos hablando de una inversión algo mayor que debería de garantizar una duración superior a los dos años de la garantía para que pudiera ser amortizada.
En estos casos, las averías más frecuentes suelen ser cosas pequeñas, que se pueden reparar fácilmente y que no tienen un alto coste. Por tanto, sí merece la pena repararlas. A veces, ni siquiera son averías propiamente dichas, sino piezas que se desgastan y se deben sustituir. Por eso, siempre vale la pena pedir un presupuesto en electrodomésticos de gama media y, por supuesto, todavía más en los de gama alta.
¿Y si nos cobran el presupuesto?
Tenemos que pensar que lo normal es que nos cobren por darnos un presupuesto. En la mayoría de los casos, los electrodomésticos no los movemos de casa, sino que es el técnico el que se desplaza y le echa un vistazo al aparato para saber lo que tiene. Eso supone tiempo y, como es lógico, hay que pagarlo. En algunos casos pueden no cobrarlo si el cliente acepta realizar la reparación.
Cuando se llama a un técnico se le debe de preguntar cuánto va a cobrar por acudir a realizar un presupuesto. Así, podremos comprobar que incluso así, va a merecer la pena arreglar el aparato y no comprar uno nuevo.
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